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Diseñadora gráfica de profesión e ilustradora de vocación, Natalia Rodríguez (@_tierranatal) trabaja en ambas disciplinas alternadamente, incluyendo packaging, creación de marcas, infografías y mapas al igual que libros infantiles e informativos. Hizo las ilustraciones del libro Cocina fácil para tiempos difíciles y en Cadena de Reloj tuvimos el honor de contar con ella para nuestro segundo libro Piececitos (¡del que pronto sabrán más!). Actualmente vive en un pueblo de Cataluña y desde ahí sigue trabajando para Chile y España.
"Hoy siento que tengo dos primeros oficios, y el poder alternarlos libremente me quitan el peso de la monotonía y el desgaste que esta provoca".
A Gabriela Mistral le gustaba hablar del métier de côté, esto es, del oficio lateral diciendo: “En el descubrimiento del segundo oficio había comenzado la fiesta de mi vida”. ¿Tienes también un oficio lateral? ¿Qué relevancia tiene en el que Mistral llamaría tu primer oficio?
La verdad es que la ilustración fue por mucho tiempo mi oficio lateral. Hasta hace muy poco tiempo, el diseño gráfico fue mi primer oficio, que marcó mi identidad y me definió profesionalmente. Y yo sé que parecieran ser oficios casi hermanos, la ilustración y la gráfica conversan de manera constante y se potencian mutuamente. Pero es en el proceso de creación que me enfrento a dos caminos separados desde el mundo digital y desde el mundo análogo de la pintura.
Hoy siento que tengo dos primeros oficios, y el poder alternarlos libremente me quitan el peso de la monotonía y el desgaste que esta provoca. Y por mientras en mi cabeza pasan ideas de tantas cosas que me gustaría hacer, diseñar e ilustrar, que para cada tiempo libre hay un proyecto nuevo esperando.
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"Me encanta ver cómo cada niño se encuentra con su libro, con sus temas, creo que eso también te ayuda a formar tu propia personalidad".
¿Cómo es para ti el proceso de comunicar sin palabras, sino mediante imágenes, colores, texturas…? ¿Tienes algún método o una rutina?
Es un proceso que se me da bastante más natural que comunicar mediante la escritura. Creo que tuve una gran “educación visual” a lo largo de mi vida. Desde muy chica, y de la mano de mis papás que me enseñaron a observar, tuve esa curiosidad tan importante para seguir buscando e incorporando nuevas estéticas.
Y como buen proceso creativo, tiene esa parte innata o de impulso que no son tan racionales. Pero de igual manera, me gusta seguir una metodología que me ayude a ordenar las ideas y que me obligue a explorar otros caminos. Para mí lo principal es definir primero los conceptos y no perder de vista los objetivos. Cuando tengo eso claro, me dedico a observar referentes, para finalmente darle espacio a la experimentación.
"Si vemos la cantidad de opciones de tamaños, encuadernaciones y terminaciones que le podemos dar a un libro, generamos un sinfín de opciones de distintas experiencias".
¿Qué papel crees que ocupa la lectura, tanto de textos como de imágenes, en la infancia?
Un papel clave, porque te acompaña en tantos años y te potencia cada etapa del crecimiento. Pero además de ese valor formativo, de la imaginación, reflexión, conocimiento…me encanta ver cómo cada niño se encuentra con su libro, con sus temas, creo que eso también te ayuda a formar tu propia personalidad. Niños a los que les gustan los animales, o los superhéroes, o los cuentos fantásticos, o los libros de humor. Son pequeños mundos que cuando encuentras el tuyo, especialmente en la infancia, te marcan para siempre.
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