Catalina Donoso se ha dedicado a la danza desde los tres años. Bailarina y profesora de danza, actualmente se dedica a enseñar tanto a niños como jóvenes y adultos, movida por la convicción de que a través de ella se puede ayudar a la formación de seres humanos íntegros y sensibles.
"La danza fue a lo largo de muchos años mi oficio lateral. Desde que tengo tres años que bailo y siento que ya desde esos momentos la danza era un oficio para mí".
A Gabriela Mistral le gustaba hablar del métier de côté, esto es, del oficio lateral diciendo: “En el descubrimiento del segundo oficio había comenzado la fiesta de mi vida”. ¿Tienes también un oficio lateral? ¿Qué relevancia tiene en el que Mistral llamaría tu primer oficio?
La danza fue a lo largo de muchos años mi oficio lateral. Desde que tengo tres años que bailo y siento que ya desde esos momentos la danza era un oficio para mí.
Cuando ya decidí dedicarme profesionalmente, lo que había sido mi escape y mi espacio de goce y disfrute pasó a ser mi primera responsabilidad y mi motor de vida. Absorbe la mayor cantidad de mi tiempo, pero siempre trato de hacer otras cosas.
La lectura y el deporte siempre están presentes. Hace poco descubrí el tejido de amigurumis. Durante mucho tiempo canté en un coro y eso es algo que tengo pendiente de retomar.
No sé si tienen directa relación con la danza, pero al final la danza es una actividad holística que involucra todas las dimensiones del ser humano, por lo que de una u otra manera creo que todo lo que haga se refleja en mi danza y en lo que transmito en mis clases.
"Me mueve la convicción de que a través del arte y de la danza en este caso realmente puedo aportar a la formación de seres humanos íntegros y sensibles".
¿Por qué decidiste dedicarte a la pedagogía? ¿Qué relevancia crees que tiene hoy la educación artística en niños y jóvenes?
No sé si es algo de familia (¡hay muchas profesoras en mi familia!), pero siempre entré a estudiar danza pensando en dedicarme a la pedagogía. Amo el mundo de la interpretación y me encanta bailar en escenarios, pero cuando me dedicaba 100% a eso sentía que algo me faltaba.
Me mueve la convicción de que a través del arte y de la danza en este caso, realmente puedo aportar a la formación de seres humanos íntegros y sensibles que en un futuro contribuyan positivamente al desarrollo y construcción de la sociedad.
"Todo en un cuerpo habla, dice y comunica. Lo que pasa es que la mayoría del tiempo no nos tomamos el tiempo de realmente mirar a la persona que tenemos al frente. Cada gesto y movimiento tiene una intención que comunica o dice algo".
Como bailarina, ¿en qué sentido podemos hablar de un lenguaje corporal? ¿Cómo crees que el cuerpo puede comunicarse?
Todo en un cuerpo habla, dice y comunica, lo que pasa es que la mayoría del tiempo no nos tomamos el tiempo de realmente mirar a la persona que tenemos al frente. Cada gesto y movimiento tiene una intención que comunica o dice algo.
La magia está en que con el cuerpo podemos expresar lo que se nos escapa con las palabras, lo que a veces incluso ni nosotros mismos entendemos y podemos significar de múltiples maneras.
En Cadena de Reloj buscamos publicar libros que propicien el encuentro. Encuentro con personas, con artes y lenguajes, con mundos y posibilidades. ¿Cómo piensas que la danza posibilita el encuentro?
La danza, a través del cuerpo y el movimiento, borra límites y barreras que muchas veces podemos encontrar en la vida cotidiana para relacionarnos con los demás. Nos sitúa en un espacio común y nos hace volver al principio de nuestras vidas, cuando conocíamos y nos relacionábamos con el mundo y las personas a través del cuerpo y el movimiento. Posibilita encuentros profundos, sinceros y sensibles entre las personas que están bailando.
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